El día 1 de abril entró en vigor una norma que reduce los contenidos de sal en el pan con el objetivo ofrecer a los consumidores un producto más natural y saludable. Esta medida estaba incluida en la norma de calidad del pan aprobada en 2019, pero se ha pospuesto hasta 2022 para que los fabricantes pudieran adaptar poco a poco sus procesos de producción, modificar las recetas de sus panes y sus etiquetados.
El contenido máximo de sal a partir de ahora permitido en el pan común, como producto acabado, debe ser de 1,31 gramos por cada 100 gramos de pan si se analiza mediante determinación de cloruros, o de 1,66 gramos de sal por 100 gramos de pan si se analiza mediante determinación de sodio total. Además, el pan común, que cuenta con un IVA reducido del 4%, tributará al 10% si supera los límites, según ha explicado Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac) a Efeagro.
El establecimiento de esta reducción en los límites de sal es fruto de las negociaciones entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición AESAN con la finalidad de que los panes sean más saludables.